Gamificación: cómo aplicarla a nuestras estrategias de marketing

Uxía Bereijo

El marketing es uno de los sectores en los que más se han aplicado dinámicas y elementos propios de los juegos para motivar a clientes y usuarios. En este post te enseñamos cómo aplicar gamificación a tus estrategias de marketing basándonos en la exitosa experiencia con nuestros clientes. ¿Juegas con nosotros?

 

Una estrategia gamificada centrada en el usuario

Antes de implementar cualquier estrategia de marketing gamificado debemos tener en cuenta que la gamificación no es un fin en sí mismo. En BySidecar creemos que las estrategias de gamificación deben estar siempre al servicio de las estrategias de negocio, actuando como una técnica más que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos.

Objetivos y KPI

Definir claramente los objetivos de nuestra estrategia y los indicadores clave que nos ayudarán a medir su funcionamiento es la base sobre la que debe asentarse cualquier estrategia. ¿Cómo vamos a elegir el camino adecuado si no sabemos a dónde queremos llegar? La estrategia no será la misma si queremos conseguir que los usuarios pasen más tiempo en nuestra página, que realicen una compra o que cubran una encuesta. Por eso, lo primero que debemos hacer es pensar qué comportamientos y acciones queremos fomentar en los usuarios y, a partir de ahí, empezar a construir.

Buyer persona

Igual de importante que tener claro lo que queremos conseguir es ver cómo es el usuario al que dirigimos nuestra estrategia. Definir exactamente nuestras buyer persona (edad, profesión, intereses…) y la etapa del customer journey en la que se encuentran nos ayudará a perfilar una estrategia centrada 100% en el usuario y en lo que le motiva.  

Motivaciones de los usuarios

Una vez tenemos claros los objetivos que queremos conseguir, es el momento de ver qué motivaría a nuestras buyer persona para alcanzarlos. Según Jesse Schell, a la hora de segmentar y definir nuestros usuarios debemos hacernos cinco preguntas clave:

  1. ¿Qué les gusta?
  2. ¿Qué no les gusta? ¿Por qué?
  3. ¿Qué esperan encontrar?
  4. Si yo estuviera en su sitio, ¿qué querría encontrar?
  5. ¿Qué les va a gustar y qué no sobre el juego?

 

Para responderlas, el modelo de Amy Jo Kim nos ayuda a ver qué es lo que motiva a cada tipo de jugador. Hay jugadores a los que les motiva ganar, pero otros lo harán compartiendo lo que hacen con los demás, coleccionando méritos o explorando y es importante tenerlos a todos en cuenta.

Una vez definidos nuestros usuarios y lo que motiva a cada uno, es el momento de diseñar un sistema en el que se incluyan las dinámicas de juego (curiosidad, poder, independencia, estatus, contacto social...) que nos ayudarán a motivar a nuestras buyer persona. También debemos definir cómo estas dinámicas se reflejarán en acciones concretas dentro del sistema a través de las mecánicas (coleccionar, customizar, reconocimiento...) y componentes de juego (retos, puntos, niveles…).

Es muy importante analizar el equilibrio de nuestro sistema gamificado para ver el balance entre motivadores extrínsecos e intrínsecos. Uno de los errores más comunes de muchas estrategias de gamificación es basarse solo en motivadores extrínsecos como premios o recompensas materiales que resultan efectivos a corto plazo. En cambio, los motivadores intrínsecos que nacen de la satisfacción personal del usuario resultan ser los que más perduran en el tiempo.

Storytelling

Todo lo que hemos definido hasta el momento debe tener un nexo de unión. La narrativa nos ayuda a guiar al usuario a través de todos los pasos del funnel hasta conseguir el objetivo final, fomentando su motivación y su implicación con la estrategia gamificada que hemos creado.

Si gamificamos una estrategia de marketing para un producto o servicio ya existente debemos tener en cuenta el mensaje de la marca para construir nuestra historia. Es importante crear un ambiente, una historia, unos retos y todo un sistema que vaya en línea con el storytelling de la marca.

Estética y diseño

Al igual que la marca influye a la hora de dar forma al storytelling, también lo hace para la estética y el diseño. Ambos tienen que estar alineados con la historia que queremos contar y con los usuarios a los que nos dirigimos. La experiencia de usuario juega un papel fundamental en esta etapa, ya que de ella depende en gran medida que el usuario recorra el camino que queremos.

Tecnología y plataforma

No podemos perder de vista dónde implementaremos nuestra estrategia de marketing gamificada. Debemos analizar en qué espacios y canales tiene presencia la marca y valorar si podemos utilizar estos o si debemos buscar otras alternativas. Es necesario analizar dónde están presentes las buyer persona a las que nos dirigimos y si se corresponden con los de la marca.

Una vez sabemos dónde implementaremos nuestra estrategia gamificada, es el momento de ver qué tecnología utilizaremos. Aunque debemos tenerla en cuenta a lo largo de todo el proceso, no podemos dejar que nuestra estrategia quede supeditada a ella.

Medir, analizar y mejorar

Lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Por eso es fundamental establecer objetivos medibles y determinar los puntos clave para detectar posibles puntos débiles de nuestra estrategia y corregirlos cuanto antes. Desarrollar estrategias de marketing gamificado es un proceso de mejora continua y no podemos perder de vista el importante papel que juega la analítica en este aspecto.

Con una estrategia bien diseñada, la gamificación puede ofrecernos resultados muy superiores a otro tipo de técnicas. Los datos lo confirman: gracias a la gamificación hemos conseguido incrementar la estancia en página de nuestros clientes en un 30%, mejorar las tasas de conversión hasta un 96% o la respuesta a encuestas en un 87%. Estos son solo algunos ejemplos de todo lo que la gamificación puede aportar a nuestras estrategias de marketing. El juego acaba de empezar.

Pin It