Para leer la carta en un restaurante, como método de pago… Ahora que todos en algún momento de nuestra vida hemos escaneado un código QR (¿a que sí?), cada vez son más las marcas que se animan a incluir este soporte en sus estrategias de marketing para convertir en “interactiva” su publicidad offline.
Al fin y al cabo es una forma de visualizar información y aportar más valor al consumidor de forma rápida y sencilla para la que solo necesitas tener un smartphone a mano.
Actualmente podemos encontrar códigos QR en diferentes soportes: flyers, anuncios en el periódico, mupis… e incluso en anuncios de televisión, pero nos vamos a centrar en un soporte que nos encanta y que siempre será clave para las marcas: el packaging.
Y ha llegado para quedarse. La integración del mundo físico con el mundo digital ya se está aplicando a los productos que todos tenemos en casa. Gracias a los códigos QR las etiquetas cuentan historias, explican recetas paso a paso, nos muestran la trazabilidad de un producto y nos hablan de sus posibles usos.
De hecho, el mundo del packaging nunca se había enfrentado a tantos retos… Y a nosotros eso de los retos… ¡nos encanta! Las posibilidades son infinitas y siempre están orientadas a ofrecer al consumidor una experiencia mucho más personalizada, con el objetivo final de enamorarlo y que elijan nuestro producto frente a otros de la competencia.
Si estás pensando en integrar los códigos QR en tu estrategia de marketing, presta atención a algunas de las posibilidades que ofrecen:
Sea cual sea la funcionalidad que necesites incorporar a tu estrategia de marketing, es importante que la página a la que llegue el usuario esté orientada a conversión. ¿No serás tú el que deje pasar la oportunidad de captar leads ya desde este momento, ¿no?
Cada vez más los consumidores hacen un mayor esfuerzo para saber quién está detrás de los productos que compran. La transparencia corporativa se ha convertido en un auténtico “must”, así que las empresas que quieran lograr la confianza y la fidelidad de sus clientes deberán ser lo más transparentes posible en relación al origen de los materiales o los ingredientes, así como el proceso de fabricación.
Por eso, una de las funcionalidades que nos parece más interesante es precisamente la posibilidad de hacer seguimiento de la trazabilidad de un producto.
Por ejemplo, imagínate que las marcas de moda comiencen a incluir en sus prendas una etiqueta con código QR. Al escanearlo llevaría al cliente a una web con imágenes y vídeos en los que se explicaría la trazabilidad del producto: ¿de dónde proviene el tejido? ¿Cómo se fabrica la prenda y en qué país? ¿Cómo llega a las tiendas? Incluso, información sobre cómo lavarla para que tenga mayor durabilidad.
A todas estas preguntas, la marca podría dar respuesta mediante un código QR. Es una forma de que las empresas potencien sus estrategias de responsabilidad social corporativa consiguiendo ser más transparentes ante los consumidores.
Los códigos QR juegan un papel fundamental a la hora de dotar de transparencia y dar una mayor visibilidad sobre la procedencia de los productos y los valores de la marca.
Empresas como Central Lechera Asturiana han apostado por incluir en sus briks de leche códigos QR que complementen su discurso de marca.
Al escanear el QR del envase, los consumidores pueden descubrir la importancia que tiene para la marca la sostenibilidad, el cuidado de la naturaleza, así como los ejes de su compromiso ambiental.
Todos los impactos que reciben nuestros clientes (o potenciales clientes) sobre la marca es una seña más de la identidad corporativa. No basta con tener el código QR en el packaging y esperar a que el consumidor los escanee con su móvil. Debemos pensar en esa llamada a la acción que despertará el interés al consumidor.
Así que es el momento de aprovechar la combinación de código QR con un packaging bien diseñado para crear una experiencia realmente útil y memorable. Packaging molón + códigos QR = ¡La pareja perfecta!